Mas allá del postureo de las redes sociales, hoy parece que no es tan fácil encontrar la alegría. A veces, da la impresión de que todo el mundo tiene más motivos para estar triste y enfadado, que para estar alegre y esperanzado.
Hoy, más que nunca, apreciamos la alegría como una característica de los cristianos. Don Bosco, a pesar de las dificultades, es el santo de la alegría. No es fruto de la emoción del momento o simple optimismo humano, sino la certeza de poder afrontar cada situación con el apoyo de Dios.
“Alegraos siempre en el Señor, os lo repito, alegrados,
el Señor está cerca, nada os preocupe”